sábado, 21 de mayo de 2016

No te culparía nunca.

Cualquiera diría que olvidar
a quien más has querido
sólo es cuestión de buscar
en otro rincón del mundo
donde te puedan ofrecer
algo de calor,
pero lo cierto es que
es mucho más que eso.
Para poder olvidar
a quien querías que
hiciera que olvidaras
que existía el resto,
para eso hay que
llevar a cabo un proceso
muy delicado, arrancando
los puntos de sutura
de cada herida por caricia
al cuadrado
y deshojarte en las noches.

Llenar los vacíos
nunca había sido tan difícil
desde que apareciste tú
con esa sonrisa
capaz de enfrentar
cualquier golpe de estado
en la historia de mi vida.
Es como si alguien
soplara velas cada cumpleaños
sin pedir ningún deseo
porque hace tiempo perdió la fe,
como irte a dormir
con las ojeras tristes de siempre
sin que nadie te las cure
todas las mañanas.



Tranquilo,
yo sé que tú no podías quererme como yo te quería

Jamás podría culparte por ello.

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