Quizá de vez en cuando se necesite a alguien que te diga que todo va a estar bien.
Alguien que mantenga tu esperanza sin apagarse cuando comienza a decaer.
Alguien que se preste a ayudarte a cargar con el peso que llevas sobre los hombros.
Un ser que vuelva a encender esa luz que se apagó en tus ojos.
Una persona que, en medio de tantos escombros, sepa ver la belleza de tus ruinas.
Alguien que te vista de alegría y haga de tu vida una eterna primavera.
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